lunes, 20 de diciembre de 2010

Más recetas de duz para estas navidades.






Volvemos con algunas de las recetas que se siguen preparando en la mayoría de las casas almarcheñas para Navidad.
Antes, antes, en los días anteriores al 24 de diciembre, el horno de cocer el pan (lo que ahora se llama panadería), se convertía en un hervidero de mujeres que entraban y salían, amasaban, cocían los mantecaos, caracoles, aguardentaos, etc., para tenerlos preparados el día de Nochebuena y festejar el nacimiento del Niño Jesús con los dulces típicos de estas fechas.
Ya os puse la receta de los mantecaos; ahora vamos con las del resto de las cosas de duz que se hacían en el horno y que ahora suelen hacerse en las casas porque la Sacra ya no cuece:
Caracoles
Ingredientes:
- Un kilo y medio de manteca
- Un kilo y medio de azúcar
- Ocho huevos
- Raspadura de 16 naranjas y el zumo de 12
- Harina hasta que se les pueda dar forma y no queden muy duros.
Elaboración:
Se echan los huevos con el azúcar, el zumo de las naranjas y la raspadura en un lebrillo pequeño (caldereta o similar) y se bate todo bien (con las manos o lo que queráis) añadiendo la manteca y amasando con las manos para que no haga grumos. Cuando esté todo bien mezclado se va añadiendo la harina y sin dejar de amasar procuramos que no se apelmace y que no queden grumos.
Acordaos de no dejarlo muy duro; se amasa hasta que se pueda dar forma a los caracoles sin que la masa se desparrame. Con la masa se van haciendo rulos y se cortan del tamaño de unos 10 o 12 centímetros de largo; cuando están cortados se les pone el dedo índice unas 3 o 4 veces en cada "galleta" haciendo un poco de presión para que quede aplastado.
Se colocan en latas o bandejas del horno; se suelen dejar reposar una noche o unas horas en un lugar fresco para que se asiente bien la masa y no se deshaga la manteca.
Se cuecen en el horno hasta que estén doraetes. Se pueden guardar en latas u ollas de esas de porcelana colorás sin que les dé mucho la luz y el aire; así nos aguantarán unos mesecillos tan "regüenos".

Almendraos
Ingredientes:
- 1 kilo de manteca
- 1 kilo de azúcar
- 1 litro de aceite de oliva
- 400 gramos de almendras molidas
- 8 huevos
- Harina que no queden duros
Preparación:
Se baten los huevos en un lebrillo (puede ser el mismo de los caracoles una vez lavado y secado) y se van añadiendo el resto de los ingredientes amasando bien para que la manteca no haga grumos.
Una vez que la masa ha tomado bien la harina, se van haciendo bolas grandes de masa (un poco más pequeñas que la bola del pretil) y se extienden en una superficie lisa, que previamente hemos enharinado para que no se pegue la masa. Dejamos la masa con un grosor de un par de centímetros y mojamos el borde de un vaso en harina para ir cortando los almendraos en redondo. Los ponemos en la lata y de adorno se pone una almendra entera encima de cada uno.
Se meten al horno y cuando estén cocidos y fríos se guardan como los caracoles.

Aguardentaos.
En otros sitios los he visto como "rolletes de aguardiente".
Ingredientes:
- 6 tazas de aceite de oliva.
- 3 tazas de manteca.
- 1 taza de zumo de naranja.
- 1 taza de azúcar.
- 1 taza de aguardiente.
- 1 taza de vino blanco.
- 6 papelillos de gaseosa de cada color.
- Harina al parecer (lo que más me gusta son las medidas estas).
Se amasan los ingredientes en el lebrillo de antes (es para que no compréis 8 o 10) que no queden muy duros. Se hacen rulos con la masa y se van cortando en tiras de 8 0 10 centímetros que se unen por los extremos formando lo que viene siendo un rollete; si os gustan como la rueda de un carro de grandes vais haciendo el rulo más largo que esto va en gustos.
Cónforme se van haciendo se ponen en las latas y se llevan al horno. Una vez cocidos se rebozan en azúcar y se guardan con muchísmo cuidao que se parten con mirarlos.

Bueno, por este año no ponemos más cosas de duz que se nos va a poner un culo como una talanquera.
Espero que os salgan buenos y que me dejéis catar alguno.
Besetes
Lanuri
PD: Las fotos son de mi Belén; las cosillas que hacen mi madre y mis chachas que son unas artistazas.

viernes, 3 de diciembre de 2010

A preparar las Navidades.



¡Buenas tardes!
¡Que ya están aquí las Navidades!!!!!!!!
Maemía, en cuanto se pasa San Bartolomé vienen sin enterarnos; no estarse que hay que poner el Belén, el árbol, los colgajos y horteradas varias, cantar villancicos, hacer todo lo duz del mundo y preparar una cena de esas gigante, como para 1258 personas y luego pasarse toda la semana comiendo sobras.

San José tiene una Vespa
y la Virgen un 600,
y el Niño llora que llora
porque quiere un 1500.

Perdón, es la época, se me va la cabeza a los villancicos, no lo puedo remediar. Vamos a lo nuestro. Para que podáis empezar con tiempo os traigo la receta de los "Mantecaos" (Mantecados en fino); pero la receta de verdad, de los que cuando se muerden hacen como hojas, no esos venderizos que son de masa de pan y no saben a mantecaodetoalavida.
No hay fotos porque me los como sin sacarles la foto nunca, pero si este año encuentro no preocupar que la subo.
Venga, que vamos con ellos. Eso sí, quien los haga que me dé uno que lo cate, ¿Vale?
Ingredientes para los mantecaos:
- Una libra de manteca (de gorrino).
- Una libra de harina (de trigo).
- Un recortado de vino blanco por libra (¡Toma ya piazo medida!, es lo que viene siendo un vaso de los de vino).
- El zumo de una naranja por libra.
Se echan todos los ingredientes en un lebrillo de los medianos, que los de amasar los chorizos se quedan muy grandes, y se amasan bien hasta que no queden grumos.
Una vez que están bien amasados, se enharina (¡qué fina soy y qué bien hablo!) la superficie en la que vayamos a extender la masa, y con un rodillo o una botella lisa de vidrio lo dejamos con un espesor de un par de centímetros.
Cortamos con un vaso, de los de vino, que si no salen unos mantecaos como la rueda de un carro, al que hemos enharinado el morro previamente; se pueden hacer con el vaso medias lunas también, no solo redondos. Ahora venden moldes para darles la forma que quieras, pero las madres antes se apañaban bien con los vasejos y la imaginación.
Se ponen en latas no muy juntos y se llevan al horno de pan cocer; en su defecto lo podemos hacer en el horno de casa.
Una vez cocidos se rebozan bien en azúcar y cuando se hayan enfriado se pueden guardar en latas bien tapados y aguantan por lo menos dos o tres meses.
Esta es la receta vieja, la más antigua de la libreteja de mi madre; por eso, os pongo otra en la que varían un poco los ingredientes (en el zumo solo), y que me acaba de decir mi mami por teléfono, que no hace falta que hagáis la medida entera, que se puede hacer la mitad, que si no sale un capacho de mantecaos.
Ingredientes para mantecaos 2:
- 3 kilos de manteca.
- 3 kilos de harina.
- Una botella de vino blanco.
El procedimiento a seguir es el mismo que el de antes.
Os dejo con uno de los villancicos más famosos del mundo mundial y que se canta con la musiquilla del Pero mira como beben:

Pero mira como corren los tres por la carretera.
Pero mira como corren, la Virgen la primera.
Corren y corren y vuelven a correr,
los tres por la carretera, San José va después.

Os dejo por hoy. Que os salgan regüenísmos del tó.
Besetes
Lanuri

martes, 30 de marzo de 2010

Los guisaos de Semana Santa

Como siempre me ha pillado el toro, pero bueno, aquí os dejo los guisaos de Semana Santa. No me extiendo mucho que luego me renegáis. Sólo deciros que “llevan muchísmo trabajo pa luego comértelos en un minuto”.
“GUISAO DE PELOTILLAS”
Para las pelotillas: huevo, ajo picado, perejil, sal, pan del día de antes “espizcao” y sin echar la corteza. Cuando esté amasado todo bien, se van haciendo pelotillas del tamaño de un huevo de americana (más o menos) y se fríen en bastante aceite.
Aparte, se cuecen huevos (calculando uno por persona). Una vez cocidos y pelados, se parten por la mitad y se rebozan en harina y huevo. Se fríen en bastante aceite.
El día de antes hemos puesto a desalar unas “tajás” de bacalao. Las sacamos del agua y las escurrimos bien. Se rebozan en harina y se fríen.
Pelamos unas patatejas y las cortamos en dados. Las freímos una miajilla.
En el mismo aceite, se fríe cebolla, tomate, ajo picado, harina y pimentón.
Se echa todo en una cacerola con agua, una hoja de laurel y un poco vino blanco y que hierva ¼ de hora.
Es una comida muy laboriosa, pero que merece la pena porque no hay ningún otro guisado que se le parezca ni en el sabor ni en la presentación.
“POTAJE DE VIERNES.”
Ingredientes: Judias blancas, garbanzos, dos o tres “tajás” de bacalao (desalao del día de antes), pelotillas (como las del “guisao de pelotillas”), dos o tres huevos, un picatoste machacao, vinagre, cebolla, harina, pimentón, una patateja.
La noche anterior se ponen en remojo, en agua de lluvia, las judías y los garbanzos.
Se ponen a cocer, también en agua de lluvia las judías y garbanzos; cuando estén a medias se desahuman friendo cebolla, harina y pimentón en una sartén. Se le añade a la olla lo del desahumo junto con el picatoste machacado en el mortero con un poco vinagre, la patata en dados, las “tajás” de bacalao ya rebozadas y fritas, las pelotillas y los huevos cocidos, rebozados y fritos. Se deja todo junto hervir hasta que estén las patatas y ya está listo.
“AJO”.
Ingredientes:
- Un pan de dos o tres días antes.
- Patatas.
- Bacalao.
- Ajos y sal.
- Aceite de oliva crudo.
- Huevos.
La noche anterior se pone a desalar el bacalao cortado en trozos (en La Almarcha: tajás).
A la mañana siguiente, en una cacerola ponemos a cocer el bacalao y en otra cacerola se cuecen también dos patatas no muy grandes cortadas en canteretes y unos huevos.
En el agua del bacalao se espizca el pan de dos o tres días (la corteza no se echa) y la patata bien machacada. Se le va dando vueltas y se le va echando el aceite crudo poco a poco sin dejar de dar vueltas.
Se parten los huevos. El bacalao se espizca bien y se añade a la sartén sin dejar de remover hasta que dé el aceite, es decir, hasta que el aceite crudo empieza a subir arriba.
Es muy importante no dejar de darle vueltas desde el momento en que se echa el pan y el bacalao, ya que se “agarra” enseguida y si te descuidas un poco sabe a quemado.
“TORRIJAS”.
Las torrijas son el duz típico de Semana Santa (como en el resto de España), pero aunque parece que no, aquí también jugaban un papel muy importante Javi o Sacra, ya que es a ellos a quienes se les encargaba el día anterior que dejasen unas barras sin cortar (sin los cortes que les hacen el dibujo de arriba) para hacer las torrijas.
Cuando tienes las barras en tu casa, las cortas en rebanadas de un dedo de gordas más o menos. En una ensaladera, fuente, o plato hondo, echas leche con azúcar (bien deshecho el azúcar) y las vas pasando por ella y después por huevo batido.
Las vas friendo en aceite, bien caliente y siempre de oliva. Cuando están doradas se sacan a un plato con papel de cocina para que chupe el aceite sobrante.
Se ponen en una bandeja y se les echa por encima azúcar, miel o vino con azúcar, lo que mas guste a cada uno. Yo soy de las de con azúcar y poco, que si no se quedan churriblandas y no me van las cosas tan blandas.

Bueno, pues con esto acabamos por hoy. Luego me contáis cómo os han salido los potajes y demás, que yo me comeré los de la Luci.
Besetes
Lanuri

martes, 16 de febrero de 2010

Martes de Carnaval

Y llegó el Domingo, y al séptimo descansó, y como ya había hecho todo y se aburría pensó en hacer algo nuevo el martes, que total es un día sin fuste en la semana, y dijo: “Hágase el Martes de Carnaval, con sus pájaros, sus Animeros pidiendo, sus máscaras, y su almoneda”. Y el Martes de Carnaval se hizo, y vio Dios que era bueno.
Más o menos este es el origen del Martes de Carnaval. El primer origen; luego ya viene el otro, ¿el de verdad?; desde el punto de vista de la antropología social, era una celebración, un rito caracterizado por una inversión de los roles, lógica y necesaria, en una sociedad mucho más férrea y rígida que la actual. El pobre podía ser rico por un día, el hombre mujer... y de este modo se distendían en mayor o menor grado las relaciones sociales entre las personas que participaban en la fiesta. Estas "máscaras" y disfraces permitían, como es lógico, confundirse y mantener la identidad a salvo, y en determinados momentos de la historia de España, esta forma de interrelación, bajo la excusa de la celebración fue prohibida para evitar fechorías o incluso actos delictivos. Como sucedió, sobre todo, en la época de la postguerra española.
El cristianismo supuso un cambio importante en este aspecto, introduciendo sus propias intenciones en este momento del año, aspectos estos que son los que actualmente se mantienen con más intensidad en los lugares, que como La Almarcha, no han perdido estas notas etnográficas que se están perdiendo en gran parte de los municipios de España. Es decir, que el día después del Martes de Carnaval, la Iglesia da inicio a la Cuaresma; esa época de recogimiento espiritual, de guardar la vigilia, y de abstenerse de cometer actos impuros que servirán para purificarnos. Después del rollaco antropológico, vamos a empezar con un martes de carnaval, por la mañana de cualquier año en el lugar:

- Toc, toc, toc
- ¿Quién?
- ¡Ánimas Benditas!.

Esto es lo que se oye esta mañana en todas las casa de La Almarcha.
Es Martes de Carnaval, justo el día anterior al Miércoles de Ceniza, que es cuando se entra en la Cuaresma. Hoy salen “los animeros” a pedir por todas las casas del pueblo para luego subastar lo que les den en la Almoneda. Actualmente y por desgracia son tres: Juanjo, Herminio y Donatín; aunque me han dicho que este año se han apuntado Arcen y Merce, pero no sé si saldrán ellas también a pedir. Colín y Juanví no están en el pueblo, pero también son de la Hermandad, y cuando pueden salen, y Mario, que no sé si es de la Hermandad, o sólo sale con ellos a pedir y luego les ayuda en la subasta.
La gente suele dar de todo: Garbanzos, huevos, pollos de corral, palomos, botellas de licor, algún cordero, gallinas, gallos, pavos, vino, dulces hechos por las mujeres, chorizos, panes enormes que se hacen para la ocasión, barras de chorizo y salchichón, quesos, y como no, los pájaros de las Ánimas, que son al final con lo que más dinero se saca, porque los niños obligan muchas veces a sus padres a pujar por ellos al verlos.

Son los pájaros lo que nos diferencia con las subastas que se hacen en el resto de pueblos de España, porque, hasta la fecha, no conocemos ningún pueblo donde se hagan estas cosas de duz para el Martes de Carnaval, y esto lo tengo más que estudiado como para saberlo.
Como casi todo, son las mujeres las encargadas de hacer los pájaros. Suelen hacerlos un día o dos antes del martes; sobre todo para que el punto de nieve se ponga duro, que si no no se sujetan las crestas o plumas. La preparación es la siguiente:
Ingredientes:

- 1 huevo.
- 1 cucharada sopera de azúcar.
- Harina que no se queden muy duros.
Esta es la receta originaria, la de verdad, pero lo cierto, es que se quedaban bastante duros, y por eso mi madre, siempre me ha dicho que salen más suaves si se les echa una cucharada y media o dos de leche por cada huevo, y dos cucharadas de aceite de oliva frito por huevo.
Una vez amasados, se forman bolas no muy grandes (un pelín menos que un huevo de americana) que se extienden sobre una superficie y se les da la forma de una especie de triángulo con uno de los ángulos en redondo, que será el que haga de cabeza. En los otros dos ángulos se hace un corte con el cuchillo para separar las alas; se le da forma a la cabeza con un pico chiquitín y se pone en las latas para meter en el horno.
Cuando salen del horno y mientras que se enfrían, se van preparando las crestas o plumas que los adornarán. Con hilos de diferentes colores, se forman manojetes que luego se cortan como si fueran un penacho de plumillas.
Cuando los pájaros está fríos se adornan con clara a punto de nieve (la clara de dos o tres huevos y bastante azúcar batida hasta que se pueda dar la vuelta al plato y no se caiga) haciendo dibujos, y en esa clara se van hincando las plumas que servirán de adorno. Se dejan toda la noche cerca de la estufa para que el punto de nieve se ponga duro, y al día siguiente ya se pueden comer; igual que con los rollos de San Blas, los pájaros se pueden congelar y aguantan muchos meses.
No es que sean de los mejores platos de duz que tenemos en el lugar, porque la masa es bastante simple, pero a todos nos gusta que nuestras mamis, tías, abuelas, vecinas o quien sea, se acuerde de nosotros y nos guarde uno, o dos, o siete…..
¡Me gusta el martes de carnaval!, hoy me toca echar el llorete, y menos mal que la Laura hoy no puede ir a la Almoneda, que si no tenía llamada fijo para decirme: “Escucha”, y oír de fondo la subasta para rematar diciéndome: “Echa el llorete”; y Lanuri a llorar se ha dicho.
En fin, que sigo contándoos lo que venía, y en parte viene siendo la celebración de hoy: La Almoneda se hace en la “Plaza de Arriba” si hace buen tiempo; y si el tiempo “no acompaña”, se hace en la Casa de la Cultura. El animero que subasta, en la actualidad creo que es Donatín, se sube en una mesa (que suele ser la de la matazón) o en el escenario y los animeros que están al lado le van pasando los productos. Donatín, después de decir lo que se va a subastar, dice un precio que a él le parece justo, o que ya ha sido convenido por la persona que ha “donado” lo subastado. Es entonces cuando empieza la puja y los piques de los pujadores que hacen que muchas veces se paguen barbaridades por una barra de salchichón que luego se comerán allí entre todos. Cuando ya se ha llegado a un precio que nadie sube, el animero que subasta dice: “¿no hay quien eche más a la una?”, y se espera un rato, luego dice lo mismo a las dos y si no contesta nadie dice nuevamente “¿no hay quien eche más? ¡A las tres!”, y le pasa lo subastado a otro de los animeros que se lo lleva a quien haya pujado más alto y le cobra. A pesar de la gran variedad de productos, al final, lo que más dinero deja son los pájaros, porque no son caros de hacer, y se paga mucho por ellos.
La gente no suele reparar mucho en gastos este día, y más pensando que el dinero de esa recaudación será para el beneficio de todo el pueblo, ya que lo que se saca en la Almoneda, la Hermandad de las Ánimas lo destina a arreglar el cementerio (pintarlo, limpiarlo, rozarlo, etc.) y pagar las misas del Novenario de las Ánimas.

Otro de los puntos claves del Martes de Carnaval son las “máscaras”, como suelen decir las personas mayores, y que la gente joven y los niños conoce como disfraces.

Antes, antes[1], las “máscaras” se vestían con ropa vieja, se pintaban la cara, y acudían a la Almoneda. Una vez allí se dedicaban a bailar, correr, asustar a los pequeños, y cuando eran muchachos, a arrimarse a las mozas. Pero hoy, los disfraces son hechos por las madres o comprados, con lo que la originalidad y el reciclaje se va perdiendo poco a poco. Pero siempre aparece alguien con la cara tapada que hace la gracia un rato y luego se va a su casa, se cambia de ropa y aparece por allí como si no hubiese pasado nada.

Otra tradición que por desgracia se ha perdido era la de “correr la bandera”. Después de la Almoneda había baile en la plaza, y mientras éste, uno de los animeros llevaba la bandera de la Hermandad y alguno de los que estaban en la plaza ofrecía una “perra” (perra chica) por que corriese la bandera fulano; entonces el animero que llevaba la bandera corría por la plaza hacia la persona que le habían dicho, y cuando llegaba a ella le comunicaba que le tocaba correrla. Si a quien le tocara correrla no quería decía: “una porque no, y otra por que la corra mengano”; así, el animero tenía que correr a seguir al otro que si no quería salía corriendo por las calles adyacentes a la plaza, y una vez que lo pillaba, sino quería bailarla tenía que pagar porque la bailara otro, y si quería la bailaba él. Normalmente cuando a alguien le tocaba no la solía bailar, por no ser señalado como que no había querido pagar.

Echando mano de la imaginación, la gente pagaba una perra porque tocasen una jota, otra porque se parase el baile, otra porque no, otra para que bailase fulanito, otra porque lo hiciese menganito, etc., y así hasta lo que la cabeza les daba de sí, con lo que la Hermandad sacaba suficiente dinero para llevar a cabo las tareas que tenía a su cargo.

En la actualidad son casi siempre los guachotes los que se disfrazan, ya no hay baile después de La Almoneda (que sigue siendo el acto central de la fiesta), y la tradición de correr la bandera se perdió hace muchos años; además parece ser que nadie recuerda donde está la bandera, pero sí quien la bailaba mejor: Francisco García. Pero a pesar de estas carencias de la fiesta, la gente se sigue congregando en la Plaza de Arriba o en la Casa de la Cultura para encontrarse con los amigos y dejarse los cuartos comprando productos mucho más caros que en las tiendas, pero que saben que será un dinero que repercutirá en ellos y en su pueblo.

Paralela al Martes de Carnaval, aunque se haga antes, es muy importante la subasta de la “Torta de la Candelaria”; costumbre de larga tradición que es la siguiente: el día 31 de enero se hace la Torta y se lleva al horno del pan a cocer; el 1 de febrero, los Hermanos de las Ánimas la llevan a misa a bendecir y el 2 de febrero salen los mismos Hermanos a vender por la mañana las rifas y por la tarde se subasta al modo tradicional; es decir, que en uno de los bares del pueblo (el bar de Salva en los últimos años, ahora no sé dónde la harán), los Animeros meten los números en un puchero, y una mano inocente saca el número que ese año es el agraciado con la Torta.

Pero esta costumbre de subasta es muy reciente; antiguamente, los Animeros iban por las casas apuntando a quienes pedían un número para la rifa. La gente echaba para cada hijo, para el perro, los gatos, etc., y luego echaban un papel con todos los nombres en una talega y varios papeles en los que ponía Torta. Después se sacaban dos papeletas; una con el nombre y otra de las de Torta, y así se sabía quien era el agraciado, hombre o animal, ya que también se dio el caso de que le tocara al perro, al gato, o a la mula de alguien.

La tradición de hacer esta Torta parece ser que se remonta a unos cuantos años atrás, y la gente recuerda que al principio la hacía la "abuela de Torrijos"; después, el cargo (por llamarlo de algún modo) pasó a la madre de este señor; después a María Guijarro Landete, que no era familia de los anteriores, pero que, aún siendo de Las Mesas y casada con un hombre de La Almarcha, decidió hacerse cargo ella para que no se perdiese la tradición; de ella pasó a su hija Carmen García Guijarro; y de ella a su hija María Luisa Sánchez García y a una prima de la última, María Muñoz por un acuerdo entre ambas, y en los últimos años es mi tía María Luisa la que la sigue haciendo.

La Torta se prepara de la siguiente manera: con tres pliegos de papel de barba se hace un círculo grande, que será la base del molde, y se corta otra tira alargada que hará las veces de pared del molde. Se cosen ambos trozos formando un molde redondo que luego se llenará con la masa hecha con 3 docenas de huevos, ¾ de azúcar y ¾ y un “puñaete” más de harina.

Se bate todo bien y se echa en el molde dejando un poco de masa para hacer los siete pájaros que adornarán la Torta y que representan a los siete Hermanos que fundaron esta Hermandad; pero “antes, antes”, dice mi madre, que “eran tres los pájaros que adornaban: una pájara grande en medio y uno a cada lado más otro detrás”.

Desde hace unos 4 o 5 años, mi madre ha ido haciendo una torta más pequeña, imitación de la de La Candelaria para subastarla hoy, pero como este año ha estado "de baja" por el rollo de su rodilla nueva, no ha podido hacerla, de todas formas os pongo una foto para que no se os olvide.
En fin, que más o menos esto es el Martes de Carnaval: El exceso que hacemos antes de entrar en la Cuaresma.
Si vais a la Almoneda esta tarde me guardáis un cachejo de algo que el sábado voy y me lo como.
Besetes
Lanuri

[1] Expresión temporal que viene a significar más o menos desde la Guerra Civil o incluso antes.

jueves, 11 de febrero de 2010

¿Qué habéis comido hoy?

Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas.
Dijo Dios: “Haya luz”; y hubo luz.
Y vio Dios que la luz era buena, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero.
Dijo luego Dios: “Haya firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las que estaban debajo del firmamento de las que estaban sobre el firmamento, y vio Dios que era bueno. Llamó Dios al firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, segundo día.
Luego hizo más cosas en el tercer día que no voy a contaros porque ya os lo sabéis, y por fin llegamos al cuarto día: Creó Dios los gorrinos y tiestos en general y como llegaba la hora de comer, y era jueves, decidió hacer unos chorizos, cogió unas patatas, unos huevos y creó el JUEVES LARDERO.
Este fue, más o menos, el origen del día que celebramos hoy en el lugar, en la provincia de Cuenca y en algunos pueblos de otras provincias (aquí donde estoy ahora no es Jueves Lardero), y por eso viene la pregunta del principio.
Para los que no lo sepáis, el Jueves Lardero es el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y se supone que se celebraba porque se entraba ya en época de ayuno y de “guardar la vigilia” , por lo que se decidía hacer un “exceso” con la familia antes de la Semana Santa. Antes, antes, (que es como me explica mi madre las cosas para decirme que desde siempre han sido así), esta fiesta consistía en que la familia entera se iba al campo a comer o lardear; normalmente iban al piazo en el que estuviese o estuviesen trabajando en las faenas del campo los hombres de la casa. Lo de irse con los amigos y las amigas y eso ya vino después; pero os puedo asegurar, que en el 99% de las casas de La Almarcha hoy se ha comido tortilla de patata y chorizos aunque no se haya ido al campo.
Como dice mi madre: “A cada época lo suyo”, y hoy, lo suyo es comer tortilla de patata, chorizos y rolletes de sartén u hojuelas (o ambas dos).
La receta de la tortilla no os hace falta; la de los chorizos tampoco (si alguien está interesado me la pida que la pongo), pero seguro que no todo el mundo tiene la de los rolletes de sartén, ni la de las hojuelas, así que, esas os las pongo que aún os da tiempo a hacer algunos para cenar esta noche.
Para las hojuelas se necesitan 2 huevos, 1 cucharailla de manteca, un chorrete de aguardiente, 1 papelillo de gaseosa de cada color y harina (que no se quede muy dura la masa). Se amasa todo dejando la masa blanda y fina; se extiende en un lugar que hemos enharinado un poco y se cortan las hojuelas en forma de rombos con un cuchillo untado en aceite (igual que nuestros dedos) para que no se pegue la masa.
Una vez cortadas se van friendo en una sartén con mucho aceite de oliva y que esté bien caliente. Se van sacando a un plato cubierto con un papel de cocina para que chupe (en fino: Absorba) el aceite que sueltan.
Después de esto se rebozan en azúcar o se ponen en un plato hondo con miel por encima dependiendo de los gustos de cada uno.
Los rolletes de sartén se preparan con los ingredientes que siguen a continuación:
- Dos huevos.
- 1 taza de aceite de oliva frito.
- 1 taza de azúcar.
- 1 taza de leche.
- Raspadura de limón.
- Dos gaseosas de papelillos (una por cada huevo).
- Harina.
En un lebrillo (si no tenéis lebrillo a mano lo hacéis en una ensaladera, orinal o cualquier cacerola o cacharro hondo que valga) batimos los huevos y le vamos añadiendo los ingredientes poco a poco. Lo último que echamos es la harina hasta que se puedan formar los rolletes (en el resto de España: Rosquillas). Nos pringamos las manos con aceite y vamos haciendo los rolletes: Hacemos un rulo no muy gordo con la masa y luego juntamos las dos puntas.
Calentamos aceite en una sartén (muy importante que el aceite no esté demasiado fuerte porque si no se hacen mucho por fuera y por dentro les queda pollo) y vamos echando los rolletes con cuidado de que no se nos peguen y los vamos friendo por tandas. Al sacarlos se rebozan en azúcar.
Esperamos a que se enfríen (o no) y ya nos los podemos comer.
Si tenemos la precaución de guardarlos tapados en una cacerola de porcelana nos aguantarán varios días, y lo mejor de todo es que se pueden congelar y así están como recién hechos.
Bueno, os dejo que tengo que vender zapatos.
En el próximo capítulo: “El Martes de Carnaval: Almoneda, Pájaros y Máscaras”