jueves, 11 de febrero de 2010

¿Qué habéis comido hoy?

Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas.
Dijo Dios: “Haya luz”; y hubo luz.
Y vio Dios que la luz era buena, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero.
Dijo luego Dios: “Haya firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”; y así fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las que estaban debajo del firmamento de las que estaban sobre el firmamento, y vio Dios que era bueno. Llamó Dios al firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, segundo día.
Luego hizo más cosas en el tercer día que no voy a contaros porque ya os lo sabéis, y por fin llegamos al cuarto día: Creó Dios los gorrinos y tiestos en general y como llegaba la hora de comer, y era jueves, decidió hacer unos chorizos, cogió unas patatas, unos huevos y creó el JUEVES LARDERO.
Este fue, más o menos, el origen del día que celebramos hoy en el lugar, en la provincia de Cuenca y en algunos pueblos de otras provincias (aquí donde estoy ahora no es Jueves Lardero), y por eso viene la pregunta del principio.
Para los que no lo sepáis, el Jueves Lardero es el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y se supone que se celebraba porque se entraba ya en época de ayuno y de “guardar la vigilia” , por lo que se decidía hacer un “exceso” con la familia antes de la Semana Santa. Antes, antes, (que es como me explica mi madre las cosas para decirme que desde siempre han sido así), esta fiesta consistía en que la familia entera se iba al campo a comer o lardear; normalmente iban al piazo en el que estuviese o estuviesen trabajando en las faenas del campo los hombres de la casa. Lo de irse con los amigos y las amigas y eso ya vino después; pero os puedo asegurar, que en el 99% de las casas de La Almarcha hoy se ha comido tortilla de patata y chorizos aunque no se haya ido al campo.
Como dice mi madre: “A cada época lo suyo”, y hoy, lo suyo es comer tortilla de patata, chorizos y rolletes de sartén u hojuelas (o ambas dos).
La receta de la tortilla no os hace falta; la de los chorizos tampoco (si alguien está interesado me la pida que la pongo), pero seguro que no todo el mundo tiene la de los rolletes de sartén, ni la de las hojuelas, así que, esas os las pongo que aún os da tiempo a hacer algunos para cenar esta noche.
Para las hojuelas se necesitan 2 huevos, 1 cucharailla de manteca, un chorrete de aguardiente, 1 papelillo de gaseosa de cada color y harina (que no se quede muy dura la masa). Se amasa todo dejando la masa blanda y fina; se extiende en un lugar que hemos enharinado un poco y se cortan las hojuelas en forma de rombos con un cuchillo untado en aceite (igual que nuestros dedos) para que no se pegue la masa.
Una vez cortadas se van friendo en una sartén con mucho aceite de oliva y que esté bien caliente. Se van sacando a un plato cubierto con un papel de cocina para que chupe (en fino: Absorba) el aceite que sueltan.
Después de esto se rebozan en azúcar o se ponen en un plato hondo con miel por encima dependiendo de los gustos de cada uno.
Los rolletes de sartén se preparan con los ingredientes que siguen a continuación:
- Dos huevos.
- 1 taza de aceite de oliva frito.
- 1 taza de azúcar.
- 1 taza de leche.
- Raspadura de limón.
- Dos gaseosas de papelillos (una por cada huevo).
- Harina.
En un lebrillo (si no tenéis lebrillo a mano lo hacéis en una ensaladera, orinal o cualquier cacerola o cacharro hondo que valga) batimos los huevos y le vamos añadiendo los ingredientes poco a poco. Lo último que echamos es la harina hasta que se puedan formar los rolletes (en el resto de España: Rosquillas). Nos pringamos las manos con aceite y vamos haciendo los rolletes: Hacemos un rulo no muy gordo con la masa y luego juntamos las dos puntas.
Calentamos aceite en una sartén (muy importante que el aceite no esté demasiado fuerte porque si no se hacen mucho por fuera y por dentro les queda pollo) y vamos echando los rolletes con cuidado de que no se nos peguen y los vamos friendo por tandas. Al sacarlos se rebozan en azúcar.
Esperamos a que se enfríen (o no) y ya nos los podemos comer.
Si tenemos la precaución de guardarlos tapados en una cacerola de porcelana nos aguantarán varios días, y lo mejor de todo es que se pueden congelar y así están como recién hechos.
Bueno, os dejo que tengo que vender zapatos.
En el próximo capítulo: “El Martes de Carnaval: Almoneda, Pájaros y Máscaras”

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